HIGIENE ALIMENTARIA

No se obtienen buenos resultados en la alimentación del caballo, si aunque la ración siendo equilibrada y bien racionada, no reúne las condiciones de higiene necesarias en cada uno y en la totalidad de los ingredientes que componen la dieta. Así como la forma o estado en que los alimentos son entregados, al igual que el equilibrio de la dieta, constituyen causas de alteración de la salud, cuando no son normales, la presencia de materias extrañas, hierbas espinosas, alimentos enmohecidos, plantas tóxicas, etc., provocarán trastornos de diversa índole y gravedad. Un desequilibrio en la dieta, provocará estados carenciales o menor rendimiento animal. La forma inadecuada de presentar el alimento, acarreará dificultades de masticación, ingestión, digestión, procesos mecánico-digestivos, alteración de vías respiratorias. Alimentos en mal estado, enmohecidos, fermentados, generarán toxinas con las consecuentes alteraciones de la salud. De igual manera, las plantas tóxicas que se incorporan a los forrajes nobles cosechados, o consumidos en talajeos directos inadecuados, por sus principios tóxicos activos pueden ser causa de graves trastornos. Puede resumirse finalmente, que alimentar caballos, constituye una ciencia y un arte, en que intervienen múltiples factores conjugados entre el animal y el ambiente que lo rodea. Es una ciencia, porque requiere del equilibrio de factores biológicos; y constituye un arte, porque la intervención del hombre es decisiva al dosificar cada uno de los elementos en juego señalados, para obtener una resultante útil y eficiente.

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